Preguntas Frecuentes
¿Qué es la de anosmia?
La anosmia es la pérdida del olfato, ya sea parcial o total, y que se manifiesta por la incapacidad de percibir aromas, la cual puede durar desde algunos días hasta varios años o incluso toda la vida.
Esta afección generalmente está asociada a ciertos trastornos que pueden afectar el epitelio olfatorio, una zona específica que se encuentra en la profundidad de las fosas nasales y muy cercana al cerebro, donde se localizan las neuronas que permiten detectar distintos tipos de aromas.
También hay otras alteraciones anatómicas que pueden estar asociadas a la pérdida del olfato, algunas de las cuales pueden incluso ser congénitas.
¿Cuáles son las causas de la anosmia?
Si bien sólo el 1% de la población mundial sufre de anosmia, son múltiples sus causas, siendo las más comunes aquellas anosmias que aparecen como consecuencia de infecciones virales, estén o no acompañadas de obstrucción nasal.
También pueden estar causadas por trastornos rinosinusales, por el envejecimiento, por enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson o el Alzheimer u otras patologías, pueden ser post-traumáticas, de causa congénita o incluso de causa desconocida.
Hoy en día una de las causas más frecuentes de anosmia es la infección por COVID-19, llegando a presentarse en 2 de cada 3 pacientes que han sufrido esa enfermedad.
¿Qué es la hiposmia?
La hiposmia es la disminución en la capacidad de percibir aromas, ya sea cualquier tipo de aromas o algunos en particular, y puede clasificarse cuantitativamente según el grado de afectación en leves, moderadas o severas.
Las causas de hiposmia son similares a las que pueden producir anosmia, siendo la infección por COVID-19 una de las más frecuentes. Según su causa y otros factores, las hiposmias pueden ser transitorias o permanentes
¿Qué son las disosmias?
Las disosmias son alteraciones cualitativas de la función olfativa, es decir, se perciben aromas pero de forma distorsionada.
Dentro de las disosmias encontramos las parosmias, que se manifiesta cuando un olor o aroma conocido se percibe de forma alterada, ya sea como un aroma desagradable (quemado, químico, podrido, escatológico) o simplemente diferente.
Por otro lado se encuentran las fantosmias, que es cuando se percibe un aroma que no provienen de ningún lado, es decir, es un aroma inexistente o una alucinación olfatoria.
Si bien las disosmias pueden aparecer asociadas a distintos tipos de enfermedades, hoy en día una de las causas más frecuentes es la infección por COVID-19.
¿Qué es la ageusia y la disgeusia?
La ageusia es un trastorno cuantitativo en la capacidad de detectar los gusto por medio de la lengua, y que se refleja en una disminución en la percepción de los gustos básicos, principalmente el dulce, el salado, el amargo y el ácido.
La disgeusia comprende distintas alteraciones cualitativas de la función gustativa, en otras palabras, los gusto básicos se detectan de forma distorsionada. A veces puede percibirse como un gusto desagradable, incluso metálico o bien predomina el amargo.
¿Por qué si perdí el olfato no siento los sabores?
El sabor de una comida está dado por la sensación que se genera entre el aroma y el gusto. De hecho, solemos usar indistintamente gusto y sabor, a pesar de que son diferentes. Lo que llamamos sabor es en realidad un 80% aroma y un 20% gusto.
Por ejemplo, una fruta cítrica como la naranja tiene un aroma típico, y ese 80% de aroma se complementa con un 20% del gusto (ácido o dulce) para darle su identidad y que la podamos reconocer.
Es tan importante el rol que cumple el olfato en darle sabor a una comida, que al perder el olfato el sabor se afecta, a pesar de que el gusto pueda no estar alterado.
Por eso es muy importante poder diferenciar si el gusto está realmente alterado o sólo se trata de un trastorno olfatorio que en consecuencia afecta al sabor que percibimos.
¿Qué rol cumple el olfato en nuestra calidad de vida?
El olfato es fundamental en nuestra vida cotidiana, nos permite elegir los alimentos, evaluar en qué estado están nuestros alimentos y disfrutar de la comida.
El normal funcionamiento del olfato nos ayuda a detectar los aromas que nos rodean. Algunos de estos aromas pueden ser alertantes, como un escape de gas, un principio de incendio o algún olor químico que pueda ser tóxico.
Hay otras funciones donde el olfato también juega un rol fundamental, por ejemplo, nos permite evocar recuerdos, desencadenan emociones y además reconocer a nuestros seres queridos.
¿Cómo afecta la pérdida del olfato nuestra calidad de vida?
Depende fundamentalmente de la severidad y la duración del trastorno.
A rasgos generales, la pérdida del olfato puede producir alteraciones en la alimentación (pérdida del apetito, disminución del peso corporal) y también puede afectar el estado de ánimo (irritabilidad, depresión).
Por otro lado, la disminución o pérdida del olfato tiene un efecto directo en la capacidad de detectar posibles peligros, como las fugas de gas, el olor a quemado o las emanaciones de compuestos volátiles tóxicos.
Perdí el olfato por COVID19, ¿Cuándo lo voy a recuperar?
Hoy en día sabemos que la pérdida del olfato por COVID-19 está causada por un daño a nivel de las células que forman parte del epitelio olfatorio.
Al igual que otras células de nuestro cuerpo, si bien estas tienen la capacidad de regenerarse, se trata de un proceso que lleva su tiempo y que va a estar condicionado por muchos factores que son propios de cada individuo. Dentro de estos factores encontramos la edad, los antecedentes clínicos de cada personas, sus enfermedades de base, y ciertos hábitos y costumbres como por ejemplo el tabaquismo.
En promedio los pacientes que sufrieron algún tipo de alteración en la función olfativa tienden a recuperarla dentro los primeros 30 días.
El 80% de los pacientes recuperan completamente su función olfativa a los 60 días, un 15% a los 90 días y un 5% de los pacientes puede quedar con algún tipo de alteración luego de los 3 meses.
¿Qué es el entrenamiento olfatorio?
Los estudios científicos han evidenciado que el entrenamiento olfatorio es el abordaje terapéutico más eficiente para poder recuperar la función olfatoria.
Es un tratamiento que actualmente se utiliza tanto en Europa, en Estados Unidos y en distintas partes del mundo para estimular a las células del epitelio olfatorio y entrenarlas para que puedan cumplir con su función.
Según las publicaciones científicas más recientes en pacientes que han sufrido COVID-19, se ha mostrado que el entrenamiento olfatorio ayuda significativamente a la recuperación de la función olfativa.
¿Cómo se hace el entrenamiento olfatorio?
El entrenamiento olfatorio consiste en un kit de aromas específicos que permiten estimular a las células del epitelio olfatorio para que puedan funcionar normalmente.
Se deben oler estos aromas todos los días, oliendo uno por vez durante un tiempo determinado y con mucha atención en la tarea que se está realizando.
Este entrenamiento requiere algunos minutos por día, y su éxito depende en gran parte de la constancia y paciencia, ya que los resultados no se observan inmediatamente, sino que depende de muchos factores que son propios de cada persona.
¿Durante cuánto tiempo tengo que hacer el entrenamiento olfatorio para recuperar el olfato?
Es posible que sea necesario hacerlo por varias semanas hasta que se recupere el olfato.
Por esta razón es importante estar atentos a cada progreso, por más pequeño que sea.
La forma en la que se pueden notar mejoras es por medio de aromas que empiezan a detectarse gradualmente.
A veces esos aromas que aparecen pueden estar distorsionados, pero eso es parte del mismo proceso de regeneración de las células del epitelio olfatorio, que vuelven a establecer sus conexiones con áreas cerebrales específicas que nos permiten reconocer los aromas.